Esta gesta heroica recogida
por Joaquín Gallegos Lara, escritor guayaquileño, quien la utilizó como
argumento para crear esa gran novela titulada “Las cruces sobre el agua”, uno
de los testimonios más dramáticos y fehacientes del estado de explotación y
miseria en que vivían los trabajadores ecuatorianos en la década de los años 20
del siglo anterior, en el suburbio guayaquileño, en donde se hacinaban los
montubios y campesinos costeños, sobre cuyas espaldas, los banqueros y los
comerciantes del puerto, construyeron sus incalculables fortunas.
La novela “LAS CRUCES
SOBRE EL AGUA”, sin duda alguna, fue escrita como un testimonio de la masacre
del 15 de Noviembre y así lo confirman las fechas que cita el autor, que van
entre 1920 y 1922; para entonces Gallegos Lara debía tener 10 o 12 años y, por lo
tanto, debió haber sido testigo, de alguna manera, de ese episodio trágico de
nuestra historia. Sin embargo, la primera edición de su novela aparece en
Guayaquil recién en l946, publicada por la Editorial Senefelder C.A. Limitada,
con portada del pintor y escultor guayaquileño Alfredo Palacio y 7 grabados de
Eduardo Borja.
La
tragedia que le tocó vivir en carne propia, contribuyó para que Gallegos Lara
afinara su sensibilidad y desarrollara un especial sentido de observación y de
solidaridad con la tragedia humana, ya que nació inválido, con muñones
insignificantes en vez de piernas, y para movilizarse tenía que desplazarse
cargado por otro hombre, sobre sus espaldas, hecho que no impidió que
participara en las luchas populares y en la organización de sindicatos y
células del partido comunista, del cual fue miembro fundador.
Gallegos Lara fue el inspirador del “Grupo de Guayaquil”, que
con su libro “Los que se van”, junto a Demetrio Aguilera Malta y Enrique Gil
Gilbert, son los iniciadores de la transformación de la literatura nacional de
los años 30, pues no solo que incluyen “la mala palabra” y el lenguaje popular
en la narrativa nacional, sino que son los pioneros del realismo social en
nuestra literatura. Gallegos Lara, el “Joaco” con un claro conocimiento del
marxismo y sus grandes cualidades de narrador, manejaba con perfección la
estructura de sus narraciones y se convirtió en uno de los más grandes
exponentes del realismo social en el Ecuador y en el gran promotor del Grupo de
Guayaquil, (‘los cinco como un puño’: Gallegos, José de la Cuadra, Demetrio
Aguilera, Enrique Gil Gilbert y Alfredo Pareja).
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